lunes, 6 de junio de 2011

Paciencia... la madre de la ciencia, y algo más.


Decía Pitágoras: “Elige la mejor manera de vivir; la costumbre te la hará agradable”… gran consejo, me encanta… pero todos sabemos lo que cuesta comer sano, hacer ejercicio, educar a los hijos (y a los padres), trabajar duro, estudiar, disfrutar plenamente de nuestro ocio, abandonar malos hábitos… ¡¡o todo a la vez!!

Bueno, esto viene a razón de lo relevante que es tener presente la importancia de educar y autoeducarse en esos valores. Pero cambiar cuesta, y mucho. Mantener la conducta “correcta” también, sobre todo al principio del cambio. Y para dar mi opinión sobre este tema les hablaré de un término del que no recuerdo haber escuchado nada en mucho tiempo: la paciencia (NOTA: en este texto hablo de la paciencia como sinónimo de perseverancia.).

Tener paciencia consiste en esforzarnos a pesar de no tener recompensas inmediatas. Es un recurso para lograr lo que deseamos a medio o largo plazo. Además, ser pacientes nos permite también tomar decisiones más acertadas porque, a veces, elegir lo mejor o saber qué queremos requiere de tiempo para pensar, experiencia para contrastar y cometer errores (para aprender de ellos). En contraposición a esto tenemos el pensamiento y la conducta impulsiva. Es el caso de personas que dependen del refuerzo inmediato por lo que son expuestas a una insatisfacción contínua. Viven en la constante frustración de no tener lo deseado cuando les apetece (“Si lo deseo lo quiero ya”).

Aunque en ocasiones todos podemos guiarnos por un impulso, el problema se encuentra cuando la impulsividad está generalizada en nuestra vida (como es el caso de la cultura del “consumismo”). De hecho, los niños pequeños son, de forma natural, impulsivos y por medio de la educación que reciben (familia, colegio, etc…) van aprendiendo a postergar (retrasar) sus deseos para ajustarse a la realidad social, donde el esfuerzo y la constancia son la única manera de conseguir el éxito en las tareas valiosas (que no caras, que para eso solo hay que tener dinero). Como podemos imaginar, dando a los niños todo lo que piden, o hacer por ellos cosas que pueden hacer solos, lo único que conseguimos es malacostumbrarlos e impedir un desarrollo realista de su personalidad (ajustado a su realidad social). Con el tiempo, la frustración contínua a la que son expuestas las personas impulsivas, deriva en trastornos psicológicos ansioso-depresivos (ansioso por el malestar que supone esperar y depresivo por la frustración de no conseguir lo que se quiere).


Si admitimos lo dicho hasta ahora podríamos aceptar que querer “algo” no te da derecho a conseguirlo “en el momento” o cuando tú quieras; que las cosas importantes cuestan más y necesitan tiempo; y que el precio a pagar es esfuerzo, constancia y tener la suficiente tolerancia a la frustración que supone no conseguir inmediatamente lo que queremos. Todo ello (y más) es ser paciente… ¡pero de forma activa! Y no de forma pasiva como suele ser entendida la paciencia (ahí, esperar y esperar a que alguien nos resuelva las cosas, que el mundo cambie solo, que el tiempo arregle las cosas, que nos toque la lotería o que sé yo…).

Imagino que todos estaremos de acuerdo en que fomentar el desarrollo de la paciencia (que se podría definir así como la gestión de las emociones asociadas al autocontrol de la conducta) es una tarea capital en la educación y el medio más eficaz para hacer  a una persona más libre (por la autonomía, la independencia y la confianza que transmite una persona con una equilibrada gestión de las emociones). Pero atención, que parece que hablando de educación lo hagamos siempre de niños y jóvenes, no podemos dar por hecho que los adultos dominan este recurso por el solo hecho de ser “mayores”. Sin duda el trabajo en nosotros mismos y con los demás por desarrollar la paciencia (en los términos en los que la hemos definido aquí) nos hará mejores a todos, más felices y tranquilos. Yo, como ustedes, necesito que tengan paciencia conmigo y yo, como ustedes, necesito esforzarme por ser más paciente, con los demás y conmigo mismo. Así que, si han tenido la paciencia de leer hasta aquí, les agradezco el esfuerzo y espero que la lectura les haya gustado.

Por último, les dejo una tabla (cuyo contenido se basa en mis propias observaciones) que nos expone algunas diferencias entre formas de ser impulsivas y pacientes.

PERSONALIDAD
IMPULSIVO
PACIENTE
§ Se dejan llevar por los deseos o caprichos.
§ Les cuesta mucho o no pueden evitar hacer lo que su estado de ánimo siente.
§ Piensan que la culpa de todo la tienen los demás.
§ Suelen estar irritables, tensos y de mal humor cuando están en una situación que exige un esfuerzo…por eso…
§ Suelen evitar las situaciones que generan malestar haciendo cosas que le ayudan a pasar el tiempo rápidamente (distraerse y distraer a los demás, abusar de los elementos de ocio (drogas, PC, videojuegos, TV, teléfono, amigos, etc…)

§ Son manipuladores. Porque resulta la estrategia más rápida (y frecuentemente más eficaz) de que los demás hagan las cosas por ellos o que dejen de insistir en que hagan cosas.
§ Son más inseguros. Pues la falta de autonomía les obliga a hacer un esfuerzo especial para conseguir sus objetivos.
§       Son capaces de controlar sus impulsos y actuar considerando en las consecuencias a medio y largo plazo.
§       Independientemente de su estado de ánimo, consiguen hacer lo que “deben” y les sobra tiempo para hacer lo que “quiere.
§       Si algo sale mal no se rinden. Atribuyen el éxito o el fracaso de sus tareas a su propio esfuerzo.
§       Su estado de ánimo suele ser más estable y positivo.
§       No evitan ni se quejan de hacer las cosas que “deben” por lo que no tienen necesidad de mentir.
§       Aunque tienen el mismo tiempo, lo aprovechan mejor y hacen más cosas.
§       Muestran más autonomía y seguridad en sí mismos.
ESTUDIOS
TRABAJO
§   Se muestran ansiosos ante el estudio/trabajo, lo que empeora la concentración y provoca la evitación de la tarea.
§   Suelen posponer la tarea poniendo excusas a sí mismos y a los demás. Por lo que, además de mentir, llegan frecuentemente a autoconvencerse de sus mentiras.
§   Sienten culpa por los resultados y por perder el tiempo.
§   La baja autoestima puede llevarlos a estar irritables y/o deprimidos
§   Pueden mantener un esfuerzo durante más tiempo.
§   Plantean metas a medio y largo plazo que motivan a superar el día a día. Tener un PLAN es esencial para tener motivación.
§   Gestionan mejor estrés y aprovechan mejor el tiempo.
RELACIONES SOCIALES Y DE PAREJA
§   Normalmente son acaparadores, exigentes, enamoradizos…pero al cabo de un tiempo se desencantan y buscan nuevas “emociones”.
§   Son personas que actúan emocionalmente con poco filtro racional. Te aman o te odian.
§   No son fieles porque no están seguros de sí mismos. Carecen de regularidad y estabilidad.
§   Son hábiles manipulando a las personas de las que consiguen lo que quieren sin esfuerzo. Pueden llegar a ser agresivas si no ceden a sus pretensiones.
§     Reflexionan y conocen mejor sus sentimientos.
§     Son menos egocéntricos. Pueden postergar un beneficio individual inmediato por uno en pareja o grupal a medio plazo si con ello consiguen mayor beneficio. Por tanto, suelen ser fieles en general.
§     Son empáticos (entienden las emociones de los demás y actúan teniendo en cuenta esos sentimientos).
§     Los resulta más fácil decir que “NO” a peticiones de los demás sin sentir culpa si entienden esto es más justo.

Copyright © 2009 Daniel Fernández Rosado All rights reserved. Theme by Laptop Geek. | Bloggerized by FalconHive.

Bookmark and Share