lunes, 2 de agosto de 2010

Breves notas biográficas (I)



Nací en Málaga allá por el 76 del siglo pasado.

De la infancia sobretoto recuerdo haber sido feliz y estar colmado de atenciones por parte de todas mis madres (mis tías), mis padres y mis abuelos.

Toda mi vida ha sido muy influenciada por la "educación". Sufrí y sufro sus limitaciones pero finalmente trabajo en ella, por vocación. Porque es el contexto que me permite enseñar y seguir aprendiendo... y porque creo que educar es transformar a las personas, hacerlas mejor. No concibo mejor empresa que ayudar al desarrollo personal ni mejor pago que el agradecimiento sincero que puedo sentir en la mirada de aquellos a quienes, con mi mayor dedicación, intento ayudar.

Antes de saber que terminaría enseñando, y en pleno calvario académico, me ganaba unos "duros" dando clases particulares. Pensaba que era algo temporal y casual, pero estaba equivocado, o tal vez no podía creerme que me pudiera dedicar a la educación. Mi idea de la educación por entonces era, simple y tristemente, la que se me presentaba ante los ojos.

Ocasionalmente (siempre…) “hacía el payaso” entre compañeros e incluso profesionalmente. Todos veían talento en mis “gracias” (solían reírse)… y me veían dedicándome al humor (casi aciertan cuando estuve durante un buen tiempo en programas de TV locales). Y, si bien es cierto que me preocupaba mucho tiempo en ser “gracioso”, nunca lo hice para caer bien ni buscaba la risa de nadie. Simplemente era mi medio de supervivencia, un disfraz, una buena forma de pasar el tiempo en el insufrible mundo programado, soso, sin estímulo, idiota y superficial en el que creía vivir. Sabía lo que hacía reír a la gente pero poca gente me hacía reír.

En el colegio padecí, en el instituto me perdí... y solo la convicción (firme pero imprecisa) de que yo valía para algo más que para escuchar y aguantar a funcionarios cansados y malhumorados (donde solo algunos docentes demostraron profesionalidad y entrega)... hizo mantenerme, a duras penas, firme hasta que superé las pruebas de acceso a la universidad.

Justo en el 2000 me matriculo en la Universidad de Málaga y siento que por una vez en mi vida estoy desbordado de ilusión, muy emocionado. Era plenamente consciente de todo lo que me había costado estar ahí. Tenía la sensación de que todo lo anterior cobraba sentido, había luchado tanto y durante toda mi vida (hasta entonces), para mi era el lugar en el que darme una oportunidad, transformarme, saldar cuentas, un reto ilusionante

Entonces la conocí a ella… mi primer amor verdadero: la Psicología. Mis compañeros se reían cuando decía esto, pero… era verdad. Si sientes pasión, admiración, ganas de conocerla en profundidad, se te muestra seductora e interesante, pero a la vez accesible… como decía Lope de Vega: esto es amor, quien lo probó lo sabe”.

Desde entonces hasta hoy estoy entregado a la formación y cultivo y riego mi campo con lo que quiero mientras ayudo a otros ha hacer lo mismo.






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